lunes, 7 de noviembre de 2011

Sistema Económico Colombiano

Agricultura Intensiva
SISTEMA ECONÓMICO COLOMBIANO
CARACTERÍSTICAS DEL ACTUAL ORDEN ECONÓMICO

Colombia consolido definitivamente su sistema económico dentro de los lineamientos del capitalismo a partir de la segunda postguerra.  Los pasos iniciales, dados a comienzos de siglo mediante la creación de una incipiente base industrial, la instauración de tímidas medidas proteccionistas y la modernización del Estado en lo relativo al manejo monetario, fiscal y administrativo, dieron fruto durante las décadas centrales del siglo XX.  Estas transformaciones obligaron a la clara intervención del Estado en materia económica, dejando atrás los principios del librecambismo.  El Estado reguló  políticamente la vida económica y, además, participó activamente en calidad de “propietario de fábricas y bancos”.  De esta manera, facilitó el desarrollo del capitalismo y se convirtió él mismo en capitalista.  Los primeros logros de estas dinámica histórica, evidentes hacia las décadas centrales del siglo XX, fueron, primero, la decisión irreversible de que la industrialización era el sustento del desarrollo colombiano; segundo, el papel incuestionable del Estado como regulador de la vida económica; tercero, los incentivos a la modernización del campo en el sentido de fomentar la agroindustria; cuarto, la ampliación de los mercados internos y externos como condición del desarrollo industrial; quinto, la decisión de sostener y expandir el sistema de trabajo asalariado, bajo ciertas protecciones legales, sin interferir en el principio de propiedad.

Industria Automotriz
Con plena conciencia de sus debilidades, pero sin mayor opción de cambio, sistema continuo dependiendo de las exportaciones cafeteras, y de los préstamos externos como fuente principal de divisas, para financiar el gasto público, darle estabilidad a la moneda y convertirse en capitales para comprar maquinaria e insumos necesarios para el desarrollo industrial.  Hoy en día como resultado de dichas dinámicas históricas, nuestro sistema económico se caracteriza por el papel central que ocupan los sectores industrial, financiero y de servicios, por la reducción en la participación del sector agropecuario, por el predominio de las actividades urbanas y del trabajo asalariado en la estructura del empleo y por las desigualdades de las actividades económicas regionales.  La dependencia del sector cafetero como fuente de divisas y la importancia que han cobrado los préstamos externos para financiar la política económica, se han convertido en elementos estructurales que, en relación directa con el sistema económico mundial, internalizan en el país las crisis del capitalismo y lo hacen débil y dependiente de decisiones y modelos que responden a intereses que no necesariamente nos benefician.  La autonomía nacional para definir su propio futuro ha         quedado así amarrada a los grandes centros del capital.

EL MARCO INSTITUCIONAL DEL SISTEMA ECONÓMICO 

Puerto Colombiano
La participación del Estado en el sistema económico ha aumentado ostensiblemente durante las últimas décadas.  La principal característica de su intervención ha sido fijar la dirección, los objetivos y las estrategias del desarrollo.  El “Estado planificador” es la forma moderna del intervencionismo.  Esto ha significado una presencia mayor pero no absoluta de los “técnicos” y de los “economistas” en la dirección del Estado.  Los intereses políticos partidistas, gremiales, electorales, en fin, de control de las tensiones sociales, todavía juegan un papel central en las consideraciones del gobierno sobre materias de desarrollo económico.  La intervención del Estado en materia económica ha estado garantizada por la constitución desde 1936, cuando la reforma otorgó al gobierno capacidad para regular la producción, la distribución y el consumo de bienes, además de proteger los derechos de los trabajadores.  La reforma de 1968 amplió aún más la capacidad del Estado para intervenir: primero, el Articulo 122 o de “emergencia económica” facultó al Ejecutivo para legislar sobre estos aspectos por un periodo máximo de 90 días, aunque supeditado a la aprobación posterior de las medidas por parte del Congreso; segundo, determinó que la dirección general de la economía estaría a cargo del Estado, quien la ejercería a través de la planificación; tercero, fortaleció en el Ejecutivo su capacidad interventora con el fin de agilizar los mecanismos reguladores.

LOS PLANES DE DESARROLLO

Explotación Minera
Los “planes de desarrollo” se convirtieron en elemento central del gobierno, pues definían los términos de la planificación.  Durante los años cincuenta y sesenta fueron elaborados por expertos y misiones extranjeras contratadas para diseñar planes de largo plazo.  El principal de ellos, Lauchin Currie, llegó con la misión del Banco Mundial de 1949 y posteriormente se quedó bajo contrato del Consejo Nacional de Planeación.  Esta oficina, con la orientación de Currie, definió “las bases de un programa de fomento para Colombia” (1950).  Posteriormente, en 1958, la “Misión Lebret” dio a conocer su informe sobre “las condiciones de desarrollo económico de Colombia”.  La CEPAL (Comisión Económica para América Latina) elaboró en 1960 el “Plan General Decenal de Desarrollo (1960-1970) y el “Plan Cuatrienal de Inversiones”.  Finalmente, durante estos años se dio a conocer la “Operación Colombia”, elaborada por Currie, que tendría gran repercusión en años posteriores.  A partir de los años setenta, la planificación fue elaborada por técnicos nacionales; se caracterizó por su vinculación directa a los planes de los gobiernos de turno.  Los planes de desarrollo a largo plazo se transformaron así en conjuntos de medidas no mayores a los cuatro años.

CONTROL Y ESTABILIDAD EN EL SISTEMA ECONÓMICO

Ganadería Extensiva
Los propósitos planificadores del Estado, encaminados a convertir a Colombia en un país desarrollado, han chocado con la dependencia que todo el sistema tiene respecto al buen comportamiento de las exportaciones cafeteras, fuente principal de divisas.  Además, la necesidad permanente de ampliarse burocráticamente para disminuir el desempleo y rebajar así las tensiones sociales, ha significado un aumento enorme del gasto público.  Finalmente, al tener que asumir la financiación y construcción de las grandes obras de infraestructura energética y vial, que no han sido asumidas por el sector privado, el Estado ha tenido que recurrir permanentemente al endeudamiento externo.

En relación con la dependencia del sector cafetero, la respuesta del Estado ha sido la de diversificar las exportaciones.  Desde la época de Lleras Restrepo, a través de instituciones como Proexpo y de la utilización de mecanismos fiscales, como la rebaja de impuestos a las exportaciones o el pago del dólar a un mayor valor, el Estado ha procurado desarrollar esta estrategia.  Sin embargo, el límite siempre ha sido encontrar mercados internacionales ante las políticas proteccionistas de los países compradores y la baja competitividad de nuestros productos por su baja calidad o por sus precios.  El aumento en el gasto público, ocasionado por la necesidad de disminuir las tensiones sociales y ampliar la  infraestructura energética y vial, ha significado, primero, el endeudamiento externo y, segundo, la injerencia de los organismos económicos mundiales en la dirección de nuestra economía.   Ellos, como condición para los préstamos, han presionado por devaluaciones para obtener mayor competitividad en los mercados, por reducciones en el gasto público para disminuir la distracción de capitales en actividades no productivas y por el aumento de los impuestos como mecanismo interno de financiación.  Aunque Lleras Restrepo si resistió a este tipo de presiones e impuso la devaluación “gota a gota”, y el gobierno de López Michelsen renunció al apoyo de agencias directas norteamericanas y buscó en acuerdos multilaterales o con la banca privada internacional los recursos necesarios, la realidad es que la falta de recursos monetarios, los peligros que representan las tensiones sociales y nuestra dependencia y fragilidad en los mercados internacionales, han significado un aumento en el endeudamiento, de los impuestos y del gasto público.  Paradójicamente, las tensiones han aumentado en vez de disminuir.

MIRANDO AL FUTURO

Transmilenio -Bogotá-
Nuestro sistema económico se ha debatido siempre entre políticas proteccionistas o de apertura al libre comercio; la aplicación o no de políticas intervencionistas del Estado sobre la economía ha hecho parte de nuestros debates sobre el desarrollo del país.  La dependencia que mantenemos de la estabilidad y crecimiento del sector cafetero, así como de los préstamos externos de capital y de las importaciones de bienes de capital e insumos industriales, han disminuido nuestra capacidad de conservar un alto y sostenido crecimiento económico.  Estas cuestiones se han considerado en las diferentes estrategias formuladas para alcanzar la industrialización en sus aspectos más completos y avanzados, y aún han de ser evaluadas en las propuestas para nuestro futuro.  La decisión sobre cuál de esas estrategias es la mejor seguirá dependiendo del grado de incidencia del sector externo sobre nuestra economía y de los vaivenes del capitalismo mundial, al cual seguiremos perteneciendo.

Bibliografía:

MEJÍA PAVONY, Germán y Otros. Civilización 9º -Ciencias Sociales- Grupo Editorial NORMA Educativa, 1991, Bogotá. Páginas: 340 – 345.

Actividades:

1.    Con base en la información del texto y otros documentos que Ud., consulte, realice un comentario sobre el siguiente interrogante: ¿Qué es un plan de desarrollo?
2.    ¿En qué consiste la planificación?
3.   Las respuestas al interrogante 2 enviarla al correo electrónico solo.informes.ita@gmail.com
4.    Fecha límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 23 de Noviembre/2011.