lunes, 26 de agosto de 2013

"La Violencia"

LA VIOLENCIA

El concepto de violencia hace referencia a actos de fuerza contrarios al derecho o a la ley.  Estos actos pueden ir desde el abuso de poder a la coacción o al uso de las armas.  En la historia de Colombia se han presentado muchos de estos casos, pues es frecuente el recurso a la violencia en las relaciones entre las personas, y entre los ciudadanos y los gobiernos.  Desafortunadamente, el recurso a los hechos de fuerza es un aspecto recurrente en la historia de la humanidad, la que no ha podido desarrollar un sistema que erradique las desigualdades, las ansias de poder y las ambiciones individuales o colectivas.  Sin embargo, cuando el concepto “violencia” se aplica a un periodo específico de nuestra historia, el que corre de mediados de los años cuarenta y comienzos del Frente Nacional, su significado adquiere un sentido diferente.  “La Violencia” abarca el conjunto de fenómenos relativos a la crisis del bipartidismo y a su enfrentamiento armado durante los años centrales del presente siglo.  

Este fenómeno histórico, de profundas repercusiones para nuestro presente, comprende en su desarrollo los siguientes periodos: primero, de 1930 a 1947, los años de conformación del problema ante las disputas y persecuciones entre liberales y conservadores por el control de los puestos públicos, además de los desacuerdos de los grupos de interés ocasionados por el establecimiento del orden burgués.  Segundo, de 1948 a 1953, la primera etapa de “la violencia”, caracterizada por el enfrentamiento armado entre campesinos liberales y conservadores, la conformación de las guerrillas liberales y el empleo de la policía como arma del conservatismo.  Tercero, la segunda etapa de “La Violencia”, de 1953 a 1957, bajo el régimen de Gustavo Rojas Pinilla, quien, luego de decretar e incumplir una amnistía, obligó a los campesinos liberales a regresar a las armas y a reunirse en grupos de autodefensa ante la presencia del ejército en los campos.  Finalmente, un cuarto periodo, de 1957 hasta mediados de los años sesenta, significó la transformación de la guerrilla liberal en revolucionaria, bajo la influencia de la revolución cubana y de la ideología marxista leninista o maoísta.       

ANTECEDENTES

El cambio de un régimen liberal a uno conservador en 1930, luego de cuatro décadas de hegemonía, creó en el país un fenómeno hasta la fecha desconocido: los enfrentamientos partidistas por intereses burocráticos.  Al comenzar los años treinta, la solidez de los partidos tradicionales en términos electorales estaba relacionada con el crecimiento de la administración del Estado.  El dominio de los puestos públicos aseguraba la reproducción social del partido, el control sobre la implantación sobre medidas de gobierno y el manejo de las ciudades, pueblos y veredas en las elecciones.  Ya en 1930 los periódicos comenzaron a editar noticias sobre asesinatos y enfrentamientos entre liberales y conservadores.  En muchas poblaciones, por ejemplo, el nuevo alcalde era un liberal mientras que el Concejo estaba en manos de los conservadores.  El temor por la pérdida de los puestos, de una parte, y la transformación del poder local en beneficio del liberalismo, de otra, empezaron a causar muertes violentas y escándalos políticos.  Esta situación se prologó sin solución de continuidad hasta 1946, cuando se revirtió el proceso: los conservadores asumieron el poder y comenzaron a desbancar a los liberales.  El efecto fue el mismo, con los agravantes de 16 años acumulados de disputas en los pueblos, el relativo fracaso de las reformas de López y la división de los sectores dirigentes, que aprovecharon las circunstancias para incrementar conscientemente los enfrentamientos.

CAUSAS

La situación estructural de atraso en los campos fue una de las causas principales de “La Violencia”.  A las disputas entre campesinos liberales y conservadores se sumó el enfrentamiento con los propietarios de tierras.  El fracaso de las políticas reformistas de los años treinta y el triunfo de la contrarreforma agraria (ley 100 de 1944), aunados a la penetración del comunismo y del gaitanismo en las regiones más afectadas por la expansión de la hacienda y la permanencia de las malas condiciones de trabajo, aceleró y radicalizó la explosión de los hechos de violencia a partir de 1948.  Los desacuerdos entre sectores dirigentes del país, manifestados en las disputas entre las cúpulas de ambos partidos y en las múltiples divisiones que se presentaron en su interior, fueron también causas de la explosión de “La Violencia”.  Los altos sectores se mostraron incapaces de adecuar las instituciones a las nuevas realidades, de controlar las tensiones generadas por el desarrollo del capitalismo y el establecimiento de la sociedad burguesa, y de generar liderazgos capaces de canalizar las fuerzas sociales por caminos democráticos.  La lucha mezquina de intereses y el renacimiento de las ortodoxias ideológicas, en la base de la división del bipartidismo, produjeron un vacío total de poder que fracturó las instituciones y no encontró otro camino que el golpe de estado y el ejercicio de las armas.

El único liderazgo fue el de Gaitán.  Es imposible afirmar que él hubiera podido canalizar los conflictos y darle solución.  Su asesinato, el 9 de abril de 1948, aceleró el proceso de descomposición política.  Sin duda Gaitán era “el jefe”: sus seguidores provenían de ambos partidos y se contaban por cientos de miles; había logrado masificar la política y crear lealtades personales, no burocráticas.  El rompió los marcos tradicionales de la práctica política en parte con la ayuda del lopismo y en parte con la incorporación de amplios sectores de trabajadores a la política gracias al sindicalismo y a las organizaciones obreras, pero Gaitán anuló tanto a unos como a otros e impulsó aún más el quebrantamiento de las formas de control social del bipartidismo.  Su muerte violenta, entonces, no podía generar más que violencia.  En eso también erraron sus asesinos, fuesen cuales fueran los causantes.  La represión como arma de gobierno alcanzó su máxima expresión luego de 1948 y lo mismo ocurrió con la hegemonía de partido.  Los odios se convirtieron en “iras santas”; el objetivo era exterminar al enemigo, que para los conservadores eran los liberales, acusados de marxistas y pro soviéticos, y para los liberales eran los conservadores, señalados como fascistas.

FORMAS DE LA VIOLENCIA

El historiador Gonzalo Sánchez ha señalado que, con el ascenso de Laureano Gómez al poder, “la Violencia” llegó a su momento “de máxima intensidad, revistió nuevas formas y golpeó nuevas regiones.  En su carácter multidimensional se pueden diferenciar por lo menos tres procesos globales: el terror, la resistencia y el resquebrajamiento del orden social”.  El terror de estos años de enfrentamientos es indescriptible.  Las consignas fueron de “tierra arrasada” y de asesinato con sevicia.  Los campesinos de uno y otro bando, además de las fuerzas al servicio del partido en el gobierno, llegaron a extremos insospechados: la tortura, el asesinato de niños y mujeres embarazadas, la masacre de familias enteras, las mutilaciones, acompañados de la destrucción de sementeras, el robo de ganado, la destrucción de casas y el incendio de propiedades o de mejoras introducidas en ellas.  Pueblos enteros se enfrentaron a sus vecinos.  El país se dividió en zonas donde un oponente político no podía entrar a riesgo de no salir con vida; el uso de salvoconductos se generalizó y dificultó el libre tránsito de las personas; la venganza se enseñoreó en los hombres y los niños crecieron bajo su dictamen implacable.  Las zonas afectadas por esta ola de terror fueron principalmente, los campos de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Tolima, norte del Valle y el Gran Caldas.  En cada una de estas regiones, “la Violencia” adquirió un tinte particular, con personajes y jefes de grupos reconocibles por las formas de ejecución de sus enemigos, crueles sin excepción.

En forma paralela estos enfrentamientos grupales o individuales, en algunas zonas del país se desarrolló otro tipo de oposición al conservatismo: la guerrilla liberal.  Los enfrentamientos contra la guerrilla convirtieron “la Violencia” en una guerra, pues el ejército y la policía enfrentaron grupos organizados militarmente.  Las guerrillas se desarrollaron en zonas de colonización como Sumapaz y el sur del Tolima, en regiones de frontera abierta o de colonización apenas incipiente como los Llanos Orientales, el Magdalena Medio, el Alto Sinú y el Alto San Jorge, y en regiones sin mayor control del gobierno y con preponderancia liberal, como el suroeste antioqueño.  Dentro de la resistencia guerrillera adquirieron renombre líderes como Guadalupe Salcedo, en los Llanos Orientales; Juan de la Cruz Varela, en Sumapaz; Juan de J. Franco, en el suroeste antioqueño, y otros más que conformaron la serie de “generales” del movimiento guerrillero.  En general, estos grupos alcanzaron un alto grado de organización, desarrollaron un ideario político de gran contenido social e impusieron orden y disciplina sobre las regiones que controlaban.  Su fuerzo y dinamismo preocupó enormemente a la dirigencia liberal, que se vio desbordada por el avance político  y militar de las agrupaciones desde 1952.  Este hecho, además del terror generado en las otras regiones, y la necesidad de abrir espacios políticos para el arreglo de las diferencias entre los partidos, propiciaron el golpe de Estado en mayo de 1953.

ROJAS: TREGUA Y CONTINUIDAD DE “LA VIOLENCIA”

El ascenso del General Gustavo Rojas Pinilla al poder, mediante el golpe de Estado contra el régimen de Laureano Gómez, abrió el camino para un cese en los enfrentamientos y el entendimiento entre sectores moderados de ambos partidos.  El golpe de Estado de 1953 fue rápidamente apoyado, si no dirigido, por el sector ospinista del conservatismo, al cual pertenecía Rojas.  Asimismo, en forma muy rápida, la dirigencia liberal respaldó la medida y contribuyó a legitimarla, aceptando la convocatoria a una Asamblea Constitucional.  Esta, que habría de acompañar a Rojas durante el año de gobierno que quedaba del periodo Gómez, debía preparar el camino para convocar a elecciones y garantizar que el régimen militar permaneciera dentro de límites democráticos.  Así sucedió hasta 1954, cuando Rojas logró que la Asamblea prolongara su gobierno por otro periodo (1954-1958) y comenzó a distanciarse de la dirigencia bipartidista, apoyado en la fundación de la “Tercera Fuerza”: militares y sectores medios y populares bajo la proclama de ideas y acciones de corte populista.  Los estudiantes y los sectores altos se opusieron a ello; la respuesta fue la represión, que radicalizó la oposición hasta el punto de convocar a paros nacionales escalonados y obligar a la renuncia de Rojas.  Mientras tanto, la coyuntura creada por el régimen de Rojas y el peligro de que se convirtiera en dictadura acercaron definitivamente a liberales y conservadores, quienes pactaron un nuevo orden político: el Frente Nacional.

Además del peligro de la dictadura, la reanudación de la violencia en las zonas de guerrilla aceleró el proceso de acercamiento entre los partidos.  Uno de los primeros actos del gobierno de Rojas fue la proclamación de una amnistía general.  Muchos de los líderes guerrilleros y de los jefes de bandas se acogieron a ellas y entregaron las armas, pero varios de ellos comenzaron a aparecer asesinados.  Esto motivó el reanudamiento de “la Violencia”, ahora sin las formas de terror del periodo anterior, pero no por ello menos cruenta.  El enfrentamiento fue ahora entre el gobierno, apoyado por liberales y conservadores y las guerrillas.   Ellas se hicieron receptivas a las ideas socialistas y terminaron por transformarse, las que no fueron aniquiladas, en guerrillas de corte marxista y maoísta.

CONSECUENCIAS

Es importante señalar que este fenómeno transformó la estructura agraria al cambiar en muchas zonas el régimen de propiedad y expulsar, convirtiéndolos en migrantes, a cientos de miles de campesinos.  Por la misma razón, las ciudades vivieron un crecimiento no imaginado, para el cual no estaban preparadas.  Los sectores industrial y de servicios no bastaron para acoger a todos estos hombres, lo que se tradujo en los cinturones de miseria y, a la postre, en las formas de violencia actual.

Bibliografía:

MEJÍA PAVONY, Germán, EASTMAN ARANGO, Juan Carlos y Otros. Civilización 9o (Ciencias Sociales), 1a Edición, Editorial Norma , Bogotá-Colombia, 1991, páginas: 194-201.

Actividades:

1.    Realiza un comentario en el blog con base en el siguiente interrogante: ¿Cuál es la diferencia del término “la Violencia” del concepto genérico de la palabra violencia?
2.    ¿Qué característica del periodo de “la Violencia” resaltarías?  Expón las razones para ello.
3.   Las respuestas al punto 2º enviarla al correo electrónico solo.informes.ita@gmail.com
4.    Fecha límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 13 de Septiembre/2013.