sábado, 9 de marzo de 2013

Nueva Sociedad Planetaria


NUEVA SOCIEDAD PLANETARIA

LA INTERNACIONALIZACIÓN

El desarrollo del capitalismo y la acción mundial del imperialismo consolidaron entre 1919 y 1945 un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad: la internacionalización de los conflictos y de los procesos de cualquier lugar del planeta, en especial aquellos que afectaban la vida y la estabilidad de las sociedades capitalistas industrializadas.  Durante este periodo se puede apreciar la afirmación del mundo alrededor del capitalismo estadounidense y europeo occidental.  Nos referimos a una sociedad planetaria capitalista, sin importar el grado de desarrollo del capitalismo en los continentes que constituyeron la periferia de Europa y los Estados Unidos.  El nuevo fenómeno de internacionalización quedó demostrado con los efectos de la Gran Guerra sobre América Latina, África y Asia, las repercusiones de la crisis económica de la postguerra y luego por las consecuencias de la Gran Depresión de 1929-1933.  De igual forma se constató ante los grandes problemas internacionales que originó la repercusión económica europea y posteriormente, con la Segunda Guerra Mundial.  Aquellos procesos que postulaban alternativas políticas contrarias y enfrentadas al capitalismo también se internacionalizaron en pos de la Gran Revolución Comunista Mundial.  Podemos aseverar que la afirmación de una sociedad planetaria se dio al mismo tiempo que la globalización de sus conflictos y logros, y que, desde entonces, cualquier esfuerzo por alterar y cuestionar la relación de un territorio o país con el sistema capitalista significara cuestionar y enfrentar el sistema mismo percibiéndose, en consecuencia, una amenaza a la paz mundial.

Si bien la Gran Guerra significó esta amenaza desde potencias capitalistas rivales entre sí, desde 1917 y desde 1933 las amenazas al sistema vendrían desde las revoluciones comunista y nazi, junto con la explosión nacionalista en América Latina, África y Asia.  A la globalización se sumó la cuestión del equilibrio internacional entre las nuevas fuerzas políticas y económicas y la defensa del sistema capitalista en su conjunto.  Esta política nos ayuda a comprender las contradicciones sufridas por las potencias europeas y los Estados Unidos cuando trataron de enfrentar a la Unión Soviética, la Alemania nazi y el Japón.  Un rasgo muy importante de la internacionalización y de la globalización fue la fundación del primer organismo mundial que aspiraba, con base en el reconocimiento y la defensa del derecho internacional, a reunir a las naciones libres e independientes en torno a los intereses vitales de la humanidad: la paz, la condena de la guerra como medio de solución de los problemas entre los Estados, y el bienestar de los habitantes del planeta.  Esta organización se llamó Sociedad de las Naciones.  Aunque fracasó, fue un importante esfuerzo por pacificar las relaciones internacionales.

LAS NUEVAS FUERZAS MUNDIALES

Durante el periodo llamado entre-guerras, se afirmaron muchos movimientos sociales que habían surgido a fines del siglo XIX y antes de la Gran Guerra, como el movimiento obrero y el desarrollo de los sindicatos, los movimientos campesinos, los movimientos de las mujeres que luchaban por los derechos civiles de la mujer y su reconocimiento como sujeto vital para el desarrollo y la transformación de la sociedad, las organizaciones internacionales que luchaban por el reconocimiento de los Derechos del Hombre, las asociaciones antiesclavistas y los movimientos anticolonialistas, las nuevas organizaciones y movimientos fascistas y racistas, así como movimientos y organizaciones que trascendían las clases, las religiosidades y las etnias y que pretendían congregar las distintas fuerzas de inconformidad, como el pan-africanismo y el pan-asiatismo.  El rasgo más distintivo del periodo fue el ascenso de los nacionalismos.  Todos los continentes buscaron en esta fuerza movilizadora y aglutinante del nacionalismo la solución a los desafíos económicos y políticos que enfrentaron las sociedades capitalistas, las coloniales, las semi-coloniales y la nueva sociedad en la Rusia comunista de los soviets.  Este nuevo mundo, que aspiraba a instaurar un orden equilibrado que garantizara la paz, al mismo tiempo que internacionalizaba los fenómenos capitalistas y revolucionarios, se dividía a partir de los nacionalismos.

EL PROBLEMA DEL PROGRESO

Durante décadas, Europa descansó sobre una profunda convicción: se había convertido en la expresión máxima de la civilización y del progreso humano.  Sus formas de producción, de organización de la sociedad y de gobierno, se consideraban las más afortunadas e indicadas para todos aquellos pueblos –del resto del mundo- que desearan conquistar la plenitud de los derechos del hombre y que quisieran entrar en la senda de la civilización.  Estas ideas fueron primordiales para la expansión imperialista.  Los principios europeos se constituyeron en muchos lugares fuera de Europa en modelos y herramientas para construir sus propias sociedades y formas de gobierno, revolucionando culturas y apreciaciones colectivas.  El hombre europeo había alcanzado esa realización sobre esas dificultades que para los no-europeos acarreaba conquistar idénticos propósitos. 

La Gran Guerra destruyó la confianza que Europa tenía de si misma. Aquél proceso de violencia inaudita, marcado por el desprecio de la humanidad mostrado en el desarrollo de los combates, generó una sociedad temerosa, desconfiada y pesimista respecto a su futuro.  Las crisis económicas que siguieron profundizaron los estados de frustración colectivos y crearon nuevas situaciones en las ciudades y los campos del mundo, como serian los desempleados, el hambre y el desespero social.  En estas condiciones sociales y mentales buscaron los movimientos radicales y violentos sus apoyos y sus defensores: las revoluciones y las explosiones nacionalistas, que excluían a los extranjeros de su futuro en la humanidad, fueron construyendo un “nuevo mundo” intolerante y agresivo.

Los proyectos históricos del periodo entre-guerras fueron excluyentes: partidos y teorías ofrecían el bienestar futuro a costa de la miseria o la eliminación de sus oponentes.  Una nueva categoría de  enemigo apareció en todo el mundo.  Los pueblos se lanzaron a los genocidios racistas, como ocurrió con la persecución de la comunidad judía en Europa, a la profundización del racismo en Estados Unidos y en las colonias europeas en África  y Asia, o se empeñaron en la persecución política de los disidentes y rivales, como sucedió con los comunistas, los sindicalistas y los socialistas.  La última expresión de intolerancia y exclusión fue la Segunda Guerra Mundial, que se tradujo en el derrumbe del progreso y la civilización que la provocó.   

Bibliografía:

MEJIA PAVONY, Germán, EASTMAN ARANGO, Juan Carlos y Otros. Civilización 9 (Educación Básica Secundaria), Grupo Editorial Norma Educativa S.A., Bogotá-Colombia, 1991, páginas: 70 a 73.


Actividades:

1.    Con base en la información del texto realice un comentario sobre el siguiente interrogante: ¿Cuál es el problema que se plantea a la humanidad respecto al progreso?
2.    ¿Cuáles son las características más importantes de la internacionalización?
3.   Las respuestas al interrogante 2 enviarla al correo electrónico solo.informes.ita@gmail.com
4.    Fecha límite para la publicación de sus comentarios y el envío de sus correos: 22 de Marzo/2013.